Klaus

Nikolaus "Klaus" Barbie fue un militar y criminal de guerra alemán, conocido como "El carnicero de Lyon" por su brutalidad durante la Segunda Guerra Mundial. Como alto oficial de las SS y la Gestapo, estuvo implicado en numerosos crímenes contra la humanidad, especialmente en Francia, donde fue responsable de la captura, tortura y muerte de miles de personas, incluyendo niños judíos y miembros de la Resistencia francesa.

Tras la guerra, Barbie evitó la justicia europea gracias a la ayuda de los servicios secretos estadounidenses y las llamadas "ratlines", que facilitaron la fuga de criminales nazis hacia Sudamérica. En Bolivia, adoptó una identidad falsa y se integró en la sociedad local, llegando a colaborar con gobiernos dictatoriales y participar en actividades ilícitas y represivas, incluyendo la logística para operaciones contrainsurgentes.

Su situación cambió con la llegada de un gobierno democrático en Bolivia, que lo arrestó y extraditó a Francia en 1983. En Lyon fue juzgado por crímenes contra la humanidad, en un proceso histórico que fue filmado y que culminó con su condena a cadena perpetua en 1987. Barbie falleció en prisión en 1991 debido a una leucemia.

La figura de Klaus Barbie ha sido objeto de múltiples representaciones en la cultura popular, incluyendo documentales, películas y literatura, que exploran su vida y los horrores de su accionar durante y después de la guerra. Su historia es un testimonio de la impunidad de los criminales de guerra y de la compleja red de complicidades internacionales que les permitió evadir la justicia durante décadas.