The Strain – The Fall

Un cabalgamiento o falla de cabalgamiento es un tipo de falla inversa caracterizada por un desplazamiento relativo en la corteza terrestre donde las rocas más antiguas son empujadas sobre las más recientes debido a fuerzas de compresión. Estas estructuras geológicas son comunes en cinturones orogénicos y se manifiestan en diversas formas, incluyendo geometrías de empuje en forma de escalera con pliegues de flexión de falla.

La historia del reconocimiento de los cabalgamientos se remonta al siglo XIX con estudios en los Alpes y otras regiones europeas, donde geólogos como Arnold Escher von der Linth, Albert Heim y Marcel Alexandre Bertrand identificaron estas fallas. El término "plano de empuje" fue acuñado por Archibald Geikie en 1884 para describir este fenómeno.

Geométricamente, los cabalgamientos se distinguen de las fallas inversas principalmente por su bajo ángulo de inclinación (menor de 20 grados) y su gran desplazamiento. Existen variantes como las fallas de cabalgamiento ciegas, que no alcanzan la superficie terrestre y son difíciles de detectar hasta que causan eventos sísmicos. Además, los cabalgamientos pueden formar estructuras complejas como dúplex, mantos de corrimiento y pliegues de propagación de falla, que contribuyen al engrosamiento y deformación de la corteza terrestre.

Estos fenómenos ocurren principalmente en zonas de compresión tectónica intensa, como en cinturones orogénicos formados por la colisión de placas continentales o la acreción en zonas de subducción. Ejemplos notables incluyen el Himalaya, los Alpes y los Apalaches. En estas regiones, los cabalgamientos pueden formar grandes cordilleras o estructuras más sutiles en cuencas de antepaís.

El estudio de los cabalgamientos es fundamental para entender la dinámica de la corteza terrestre, la formación de montañas y la ocurrencia de terremotos. Su identificación y análisis requieren técnicas geológicas detalladas debido a la complejidad y sutileza de sus manifestaciones en el terreno.