Tanatos

Tánatos es la personificación de la muerte en la mitología griega, especialmente de la muerte natural o sin violencia. Representado como un ser implacable y de corazón de hierro, es hermano gemelo de Hipnos, el Sueño, y juntos habitan en el Tártaro, un lugar oscuro y apartado del sol. Su figura ha influido en el lenguaje, dando origen a términos como "tanatorio" en español.

En la mitología, Tánatos es hijo de Nix, la noche, y a menudo aparece en relatos donde cumple la función de llevar las almas de los muertos. Por ejemplo, en la Ilíada, junto a Hipnos, transporta el cuerpo de Sarpedón para que reciba una sepultura digna. Su naturaleza es implacable, y aunque es temido incluso por los dioses, también tiene un lado redentor, pues trae calma y libera a los seres de sus sufrimientos.

Entre los mitos más destacados en los que interviene, se encuentra el episodio de Sísifo, quien logró engañar y atar a Tánatos, provocando que los hombres dejaran de morir hasta que Ares lo liberó. Otro relato famoso es el de Heracles, quien lucha contra Tánatos para salvar la vida de Alcestis, esposa del rey Admeto, y logra vencerlo.

En la Eneida, la figura de la Muerte aparece en el inframundo, acompañada de otras personificaciones de males y sufrimientos, mostrando la visión romana de este concepto. En el arte antiguo, Tánatos suele representarse como un hombre alado, a menudo armado y acompañado de Hipnos, en el acto de llevar a un muerto.

Fuera de la mitología clásica, Tánatos ha sido asociado con conceptos como el jinete del caballo pálido en el Apocalipsis y en el psicoanálisis, donde representa la pulsión de muerte, contrapuesta a Eros, la pulsión de vida, según la teoría de Sigmund Freud. Esta pulsión simboliza el deseo de abandonar la lucha vital y retornar a un estado de calma y reposo.

En resumen, Tánatos es una figura compleja que encarna la muerte desde una perspectiva tanto temible como liberadora, con una presencia significativa en la mitología, el arte y la cultura occidental.